domingo, enero 25, 2009

Pedro... Nos necesitamos.

Creo que Pedro es tan solitario como yo...maneja todo el día el colectivo del letrero azul que va desde Las rejas hasta mi casa...lo observo por el espejo retrovisor cuando me toca ir en la parte trasera del automóvil, porque cuando tengo la suerte de ir a su lado, no me atrevo a nada más que mirar su mano haciendo los cambios... su mano pálida y con nudillos que me piden que los cubra con la mia... y así avanzo por su pierna...él sabe que lo observo y oculta la sonrisa, lo miro a los ojos tan rápido como un destello y disimulo cambiando la mirada hacia el aburrido paisaje, pero sus ojos verdes de cuento me provocan esas ganas de soltar las amarras que lleva dentro de sí...esas que yo solamente noto, porque es la misma forma en la que pedía auxilio en el ayer.

Pedro me mira... y me desnuda en sueños y ya no me siento frágil, sino el ser más sensual de la Tierra... tan sensual que a veces creo que todos lo notan y se forma una mezcla exquisita al ritmo de mis sensaciones, del movimiento del auto, de suspiros acompañados con pestañeos coquetos, del jugar con mis lentes de sol, de los movimientos de mis piernas y el disimulo constante con lo externo... de sus labios y el iris de los verdes ojos... los que miro solo en cuestión de segundos.

Me habló hace un par de días, es increíble sentir esas palpitaciones de chiquilla juguetona con un solo ¡Hola!... no puedo evitar saber más...robar un poco más de sus palabras y no caer en el intento, quería que él notara que me importa su presencia...¡Hola Pedro!...¿Cómo estás?....lo saludé... lo demás queda para mi... porque es momento en que Trilce sea valiente y rescate a Pedro de sus mil historias que lo ahorcan con una sola historia de amor... como la que ya se inicia.

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